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Cambiar de hábitos requiere de un esfuerzo considerable. Requiere por una parte dejar de hacer algo a lo que nos hemos acostumbrado y que nos aporta algún tipo de beneficio. Pero requiere además construir algo nuevo en nosotros, un nuevo hábito, una nueva forma de comportarnos, distinta de la que dejamos atrás.

Si además esos hábitos que queremos incorporar en nuestra vida son saludables, requiere todavía mayor esfuerzo, ya que solemos pensar que lo saludable suele ser aburrido. Lo que nos desmotiva, no es el cambio de hábitos en sí mismo, sino el propio proceso de cambio de hábitos. La clave de esto reside en que a pesar de que los cambios de hábitos saludables traen unas consecuencias a nivel orgánico a corto plazo, estas no las vamos a percibir ni sentir de forma inmediata, y tendremos por tanto que esperar, eso es justo lo que nos desmotiva.

Los hábitos saludables a intentar alcanzar son bien conocidos en la cultura actual, pudiendo enumerar de entre muchos, los siguientes: 

  • una buena alimentación.
  • una buena calidad de sueño.
  • eliminar sustancias nocivas como el tabaco o el alcohol.
  • la realización de ejercicio físico.
  • mantener activa la mente.

Hay tres reglas que son fundamentales para ayudar a incorporar nuevos hábitos en nuestra vida:

Primera regla: disminuir el nivel de esfuerzo no extremando el cambio

Eso es, no intentemos un cambio extremo de nuestro comportamiento, porque lo más probable es que cesemos rápidamente en nuestro empeño. Un ejemplo de esto lo tenemos en las dietas que nos limitan gran cantidad de alimentos. Todo lo que signifique limitarnos, es una fuente generadora de tensión y de estrés, por tanto en este sentido siempre es mejor hacer un esfuerzo no tan intenso, pero sí más sostenido en el tiempo.

Segunda regla: hacer los cambios de una forma integrada

Esto quiere decir que por ejemplo si pretendemos conseguir un cambio en nuestros hábitos alimentarios, acompañarlo de por ejemplo un estilo de vida más activo, acompañándolo con un poco más de actividad física (que no es lo mismo que deporte), o por ejemplo con alguna actividad social fuera de casa. Es decir no quedarnos solamente en un cambio de una faceta de nuestra vida. Realizar cambios en nuestras distintas facetas vitales pero en una misma dirección, eso sí es un cambio importante.

Tercera regla: todo cambio implica tiempo

El cambio de hábitos no es algo que pueda darse en corto plazo de tiempo. Debemos de darnos tiempo para acostumbrarnos y adaptarnos a este nuevo estilo de vida que queremos construir. Un tiempo necesario porque un cambio de hábitos implica una nueva forma de comunicarse con nuestro cuerpo, nuestras sensaciones, nuestro entorno y nuestras emociones. 

Estas son las 3 reglas básicas para un cambio de hábitos. Sin embargo le añadiría una regla general que agruparía a las 3 anteriores, la de la flexibilidad. Debemos saber que en todo este proceso de cambio vamos a caernos frecuentemente, algún día nos alimentaremos de una forma no tan saludable, o alguna semana estaremos menos activos, pero sólo si aceptamos que esto forma parte del proceso, volveremos a levantarnos.

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Samuel Villar

Soy Samuel Villar, Psicólogo Especialista en Psicología Clínica. He obtenido el título de Especialista de Psicología Clínica a través de la formación vía Psicólogo Interno Residente (P.I.R.) en el Hospital Universitario Lucus Augusti (2011-2015). Mi experiencia me permite tratar temas como el padecimiento de ansiedad, la depresión, el dolor, el duelo, la obsesión, entre muchos otros. Y desde este blog intentaré aclarar, transmitir e informar de una forma sencilla, estos conceptos, que en muchas ocasiones nos crean confusión e interferencia en nuestra vida.